De seis a ocho horas por noche parece ser la cantidad óptima de sueño para la mayoría de los adultos; y dormir mucho o dormir muy poco puede tener efectos adversos en su salud.
Si interrumpes o alteras las horas de sueño, estas son las consecuencias y efectos que repercuten en tu salud:
- Causar un estado pre-diabético
- Debilidad en el sistema inmunológico
- Afectas tu desempeño físico y mental
- Afectas tu memoria
Alterar el sueño también puede aumentar los trastornos relacionados con el estrés, incluyendo:
- Enfermedades cardíacas
- Úlceras estomacales
- Estreñimiento
- Trastornos del estado de ánimo como la depresión
Para que nuestro cuerpo esté saludable y con energías para afrontar cualquier tarea el día siguiente, te damos 10 consejos para dormir bien:
1. Haz ejercicio
Mantenerse físicamente activo cada día con actividades al alcance como caminar, correr o nadar; cuando uno está cansado por el ejercicio se duerme más rápido, consigue un mayor porcentaje de sueño profundo y se despierta con menos frecuencia durante la noche.
2. La cama es sólo para dormir y para tener relaciones sexuales
El resto de actividades como tumbarse en la misma para ver la televisión, leer las redes sociales, revisar el correo o jugar en el móvil, tableta o portátil no nos aporta ningún factor positivo si queremos dormir mejor al final del día.
3. Horarios y rutina
Hay que irse dormir a la misma hora cada día y despertarse también a la misma hora, en la medida de lo posible. Entrenar a nuestro cuerpo hará que nos durmamos también más rápidamente y nos despertemos más frescos.
4. Adiós al tabaco
Fumar es un gran enemigo del descanso, aparte de nuestra salud en general. La nicotina provoca en nuestro organismo un efecto que dificulta dormir con facilidad.
5. Una buena zona de descanso
El lugar donde duermes debe ser un templo de tranquilidad y silencio. El móvil, el portátil o la televisión deberán estar fuera de la zona de descanso. Lo ideal es que esté oscuro, relativamente fresco y todo lo tranquilo que sea posible. La habitación deberá estar ordenada y con pocos objetos alrededor para facilitar ese ambiente de tranquilidad que requiere un sueño reparador.
6. Menos bebidas con cafeína
El café, el té o los refrescos pueden apetecer mucho a lo largo del día pero la cafeína nos provocará más dificultad para dormir por la noche y también aumentan la necesidad de despertarse para hacer pis durante la noche.
7. Los somníferos
Intenta evitar las pastillas para dormir y consulta con un especialista la forma más eficaz de tomarlas durante el período de tiempo más corto posible.
8. Beber menos alcohol
El alcohol deprime el sistema nervioso, lo que ayuda a quedarse dormido. Sin embargo, este efecto desaparece a las pocas horas, lo que provoca que podamos despertarnos varias veces a lo largo de la noche, impidiendo un buen sueño. Además de esto, el alcohol magnifica los ronquidos y otros problemas respiratorios relacionados con el sueño.
9. Siestas sí, pero cortas
Dormir la siesta es beneficioso para continuar con energía el resto del día, pero no si son extensas. Un máximo de 20 minutos nos sentará fenomenal. Más, sólo impedirá que por la noche no consigamos conciliar el sueño.
10. Si no consigues dormirte, levántate
Quedarse en la cama tras 20 minutos de haberse ido a dormir es un indicador de que no estamos relajados y por tanto, nos va a costar quedarnos dormidos. Levántate, ponte a leer un poco, y luego vuelve a la cama. Dar vueltas y vueltas en la misma durante horas no acelerará el proceso.