Margot Fonteyn obtuvo su pase a la inmortalidad gracias a la carrera que realizó como primera bailarina absoluta en el Royal Ballet. Ella nació un 18 de mayo de 19019 en Inglaterra, tan sólo 20 años después ya era famosa y admirada por haber participado ya en grandes ballets clásicos protagonizando al personaje central.
Así, a esa edad ya había sido Aurora en “La bella durmiente”, Giselle en “Giselle” y Odette en “El lago de los cisnes”.
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De acuerdo con crónicas que han escrito biógrafos a lo largo de los años, Fontayn, siendo todavía una niña inició sus estudios de danza clásica en Shanghái y después en Londres. Luego de audicionar a los 14 años en el “Vic-Wells Ballet”, debutó ahí mismo en 1934 con “El Cascanueces”.
Estudiosa, metódica, ordenada, disciplinada y buena estudiante, la primera bailarina absoluta es recordada por su indiscutible técnica y depurada concentración en la danza.
La carrera artística de Fonteyn llega a su cumbre cuando las personalidades del momento pensaban que debía retirarse.
En 1962, cuando ya había sido nombrada artista invitada del Royal Ballet y su carrera comenzaba a declinar, conoció a Rudolf Nureyev, bailarín ruso que acababa de desertar de su país y había fijado su residencia en Londres. Pronto fueron famosos y alabados.
A lo largo de varios años de actuaciones, la pareja Fonteyn-Nuréyev fue la más famosa pareja de danza en la historia del ballet clásico.
Fue hasta 1970 que la bailarina decidió retirarse de los escenarios, 21 años después, a los 71 años de edad, Fonteyn murió en Panamá, dejando tras de ella todo un legado en el mundo del arte.