Los cigarros electrónicos no deben considerarse como una alternativa que coadyuve a dejar el tabaco, debido a que no existe evidencia científica que sustente su efectividad, afirmó Inti Barrientos Gutiérrez, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública.
«La cesación es el abandono total del consumo de tabaco, es decir de la nicotina. Si ustedes cambian la forma de consumir nicotina no están cesando, están sustituyendo y eso nos mantiene en riesgo», explicó.
Agregó que pasado un tiempo el dispositivo puede ya no ser satisfactorio y se opte por regresar al cigarro tradicional o incluso se combinen ambos productos, lo que daría origen al fumador dual.
Al respecto, Marcela Madrazo Reynoso, de la oficina del comisionado federal de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios, añadió que no existe evidencia científica que sustente la seguridad y efectividad de esos productos. Es por ello que la Secretaría de Salud no avala su empleo con fines terapéuticos.
«No hay forma de que se vaya a registrar como un dispositivo que coadyuve a la cesación», dijo Madrazo Reynoso.
Ponciano Rodríguez precisó que el vapor emitido por estos dispositivos contienen sustancias tóxicas que son dañinas para la salud.
Detalló que su consumo a largo plazo puede tener efectos en el aparato respiratorio, similares a los ocasionados por los cigarros tradicionales. Incluso, agregó, pueden ser peligrosos debido a las explosiones que se han registrado.