La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Todas tenemos tipos de piel diferentes y debemos aprender a cuidarla para lucir radiantes todo el tiempo, incluso sin maquillaje. Lo más común es clasificar la piel en cuatro tipos: normal, seca, mixta y grasa. Esta clasificación es muy útil y con ella nos basaremos para darte algunos consejos básicos de cuidado.
- Piel normal: Es un término utilizado ampliamente para referirse a la piel bien equilibrada. El término científico para la piel sana es eudérmica. Se entiende como una piel con poros finos, buena circulación sanguínea, textura aterciopelada, suave y lisa, color rosado y fresco, no tiene impurezas y no es propensa a la sensibilidad.
- Piel seca: describir un tipo de piel que produce menos sebo que la piel normal. Como consecuencia de la falta de sebo, la piel seca carece de los lípidos que necesita para retener humedad y formar un escudo protector frente a influencias externas.
Una piel seca pierde agua constantemente a través de la transpiración y la pérdida de agua natural del cuerpo. Luce tirante y seca, literalmente. En los casos más graves puede descamarse, picar y generar callosidades y aspereza.
- Piel mixta: La piel mixta es, como su nombre indica, una piel que consta de una mezcla de tipos de piel, como poros agrandados en la zona T y mejillas normales o secas.
- Piel grasa: un tipo de piel con producción acrecentada de sebo. La hiperproducción se conoce como seborrea. La piel grasa se caracteriza por tener poros agrandados, brillantez, piel engrosada y pálida. También puede presentar comedones y pápulas (granitos con cabeza blanca).
Para cuidar tu piel en cualquiera que sea tu caso, todos los días deberás preocuparte por:
- Limpiar tu cara por la mañana y la noche, sin tallar ni usar jabones agresivos.
- Usar una crema hidratante como mínimo y, si puedes, aplicar un sérum que tenga propiedades que cuiden las necesidades de tu piel.
- Aplicar cada 4 horas un protector solar, preferiblemente con un FPS 50.
- Tenes una alimentación saludable de acuerdo con tus hábitos y necesidades.
- Hacer ejercicio diario.
- Tomar al menos dos litros de agua al día.
Todos los productos que elijas para llevar tu rutina diaria, deben de ser adecuados para tu tipo de piel. Recuerda que esta nota no pretende sustituir la opinión de un dermatólogo y que siempre que tengas dudas respecto al cuidado de tu cuerpo, debes acudir con el profesional correspondiente.
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