Debido a que, actualmente, un mayor número de mujeres postergan la maternidad por razones como el desarrollo profesional y la búsqueda de un mejor nivel económico, el número de embarazos a partir de los 35 años ha ido en aumento, lo que a su vez incrementa las posibilidades de que un bebé se vea afectado por alteraciones congénitas.
Así explicó el Dr. Leopoldo Vázquez Estrada, director médico de Gedeon Richter México, quien compartió que en nuestro país ocurrieron durante el año 2017 cerca de 230 mil embarazos en mujeres de 35 años y más, factor que aumenta la probabilidad de tener un bebé con alteraciones congénitas, específicamente por aquellas relacionadas con el número de cromosomas. Riesgo que también se encuentra presente en mujeres jóvenes, aunque en mucho menor grado.
A detalle, durante la fecundación del óvulo cuando tiene lugar la combinación de la información genética contenida en 23 cromosomas maternos y 23 cromosomas paternos, puede resultar, en la etapa reproductiva tardía de una mujer, en un mayor o menor número de los 46 cromosomas normales, afectando de esta manera el desarrollo del embrión.
La alteración más conocida y frecuente es el Síndrome de Down (SD o trisomía 21)
“El riesgo de que se presente un caso con SD aumenta con la edad materna: a la edad de 30 años es menor de 1 en 1,000; mientras que a los 40 años es de 1 en 100”, indicó el doctor.
Ante esta situación es importante saber que existen pruebas de tamizaje (mediciones que sirven para determinar quién puede padecer cierta enfermedad en cualquier momento de la vida de un ser humano), que hacen posible detectar estas alteraciones de manera previa al nacimiento.
Por su parte, la Dra. Aline Huante, especialista en Salud Sexual indicó que el ultrasonido, junto con una prueba especial llamada Harmony, permite identificar la probabilidad de que el feto pueda estar afectado, así como el estado general de salud fetal.
«Empleando este estudio combinado con la prueba especializada no invasiva Harmony, se pueden detectar con mayor precisión las alteraciones cromosómicas más frecuentes como la Trisomía 21 (Síndrome de Down), Trisomía 18 (Síndrome de Edwards) y Trisomía 13 (Síndrome de Patau)”.
Harmony ha demostrado, en estudios extensos de más de 30 mil embarazos, ser de utilidad en mujeres de diferentes edades, y se puede realizar tempranamente a partir de las 10 semanas de gestación mediante una muestra de sangre.
El tamizaje prenatal debe ofrecerse y explicarse a toda mujer en el embarazo temprano, independientemente de su edad. Es una prueba de detección, por lo que sus resultados no deben substituir una prueba diagnóstica.
Que tu sueño de ser madre no se pierda, pero recuerda mantener un adecuado control prenatal.