De cada 100 mujeres que visitan a un ginecólogo, 25 padecen vaginismo y 30 dispaurenia, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La mayoría de ellas van a consulta por otros motivos o simplemente consideran que el dolor en las relaciones sexuales es normal, por lo cual evitan tratar el tema.
Lo mismo ocurre con el vaginismo, término que suele confundirse con la dispaurenia, aunque existen claras diferencias entre ellas. Hoy explicamos las características de dos trastornos que afecta silenciosamente a quienes lo viven.
¿Qué es el vaginismo?
Si alguna vez te fue imposible insertar un tampón en la vagina, la causa podría ser vaginismo. Éste puede definirse como la contracción involuntaria de los músculos del órgano reproductor femenino, lo que impide la penetración y realizar exámenes ginecológicos. Existen dos tipos:
- Primario: Su diagnóstico se determina por la imposibilidad de llevar acabo la penetración vaginal. Es más habitual en adolescentes y está relacionado a factores psicológicos, empero también se ha detectado en personas mayores de 30 años que nunca han tratado esta patología.
- Secundario: Este se desarrolla después de que una mujer ha experimentado la función sexual, sin embargo, tiempo después aparece debido a un evento específico. Puede ser tras una infección, la menopausia, un evento traumático, parto, cirugía o problemas en una relación.
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Entre los síntomas destacan:
- Dificultad de la penetración vaginal
- Ardor, dolor y escozor durante las relaciones
- Sensación de que la pareja golpea una pared durante el coito
- Disminución de la libido como consecuencia del dolor
¿En qué se diferencia el vaginismo de la dispaurenia?
La dispaurenia es un dolor en la zona pélvica que se percibe durante y/o después de un encuentro sexual a pesar de que existan condiciones proclives para su realización. Es decir, se produce aun cuando las condiciones de lubricación y excitación son adecuadas. Tras esto, la persona comienza a evitarlas, debido al miedo que le provoca sentir dolor.
En contraste con el vaginismo, éste se origina por una causa física como:
- Contracturas musculares del suelo pélvico
- Dolor en cicatrices
- Cambios en la flora vaginal
- Prostatitis
- Infección vaginal
- Endometriosis
- Mal posicionamiento uterino
- Herpes genital
Debido a los síntomas, pueden aparecer cuestiones psicológicas que le impidan sostener una vida sexual plena. En muchas ocasiones el vaginismo puede ser el origen de la dispaurenia, por lo cual habrá que examinar a la mujer para saber si la causa es física o de otro tipo.
El vaginismo y la dispaurenia tienen solución
En México, las mujeres que sufren estas enfermedades a veces desconocen que lo padecen porque acudieron con un especialista que no tiene idea de cómo abordarlo. El proceso es solitario y a veces solo encuentran respuestas en otras jóvenes que corrieron con la suerte de encontrar a un especialista que les explicó correctamente por qué apareció y qué tratamiento deben seguir.
Si estás pasando por algo similar, lo primero que debes hacer es buscar a un ginecólogo o sexólogo que se especialice en dichos padecimientos. Dependiendo de su evolución, algunos recomiendan realizar ejercicios del suelo pélvico (para lo cual es recomendable acudir con un fisioterapeuta) y utilizar dilatadores para practicar la penetración.
En casos más severos, es posible curar el vaginismo mediante terapias con bótox, las cuales consisten en la infiltración de toxina botulínica con el fin de paralizar determinados músculos de la vagina. Ahora que lo sabes, puedes sentirte más tranquila, pues esto tiene solución; esto nunca más deberá condicionarte para disfrutar plenamente tu vida sexual.
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