De acuerdo con un estudio publicado por la Syracuse University, comer chocolate por las mañanas, ayuda notablemente al flujo sanguíneo que llega al cerebro, así como a la actividad cerebral.
Los expertos llegaron a esta conclusión después de estudiar los efectos del chocolate en 968 personas de entre 23 y 98 años de edad, esto sin cambiar sus hábitos alimenticios.
Otra investigación, realizada por Georgina Crichton, de la Universidad del Sur de Australia, también demuestra que el consumo diario de chocolate (en cantidades moderadas) potencializa los procesos cognitivos como la memoria y el aprendizaje.