Entender que no somos el centro del universo y que cada persona tiene necesidades propias, así como derechos y responsabilidades, tiene que ver con el valor de la sensibilidad, y ésta comienza desde niños.
Para Patricia de la Fuente, directora general de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil, el hecho de que los niños acudan a un centro educativo, contribuye a sensibilizarlos más rápidamente para entender la estructura de una pequeña comunidad.
“En espacios como la escuela aprenden que hay que esperar turnos para jugar, para comer, para contestar, para participar, etcétera. De igual manera, van desarrollando el concepto de compartir, tanto la atención de los adultos, como el espacio físico o los objetos”.
Sin embargo, la especialista menciona que los padres y madres que trabajan, frecuentemente “echan a perder” el desarrollo de la sensibilidad en los hijos porque manejan inapropiadamente la culpa de no pasar más tiempo con ellos, compensándolos con regalos y objetos, o siendo demasiado permisivos y flexibles con la disciplina,
Para desarrollar el valor de la sensibilidad en los hijos Patricia de la Fuente recomienda estos pasos:
1. El ejemplo que le des a tus hijos vale más que todas las palabras. Al mostrar sensibilidad y tacto consistentemente ante otras personas, serás su mejor maestro. No olvides que: “La palabra convence, pero el ejemplo arrastra”.
2. Utiliza las historias clásicas o películas y caricaturas para hablar de la sensibilidad. En casi todas existe una lección sobre la sensibilidad, de cómo la vida del personaje mejoró o pudo ser mejor con la sensibilidad de otros.
3. Contacto con adultos mayores. Cuando nuestros hijos tienen contacto con la gente mayor, gente con capacidades diferentes o sencillamente con alguien que necesita ayuda, aprovecha esta experiencia de la “vida real” para involucrarlos.
4. Aborda el tema de la empatía. Habla en términos que ellos puedan entender. ¿Cómo crees que se sintió tal persona en esta circunstancia? ¿Qué harías tú? ¿Qué podemos hacer para que se sienta más querido o más apreciado?
Sé más considerado con los demás. Cuando estés en algún centro comercial o en el tráfico, deja que pasen otros primero. Cuando la gente te diga gracias, diles a tus hijos que digan: “De nada” y hazlo un juego.
Para que esto sea efectivo, debemos hacer todo lo anterior con conciencia y de manera sistemática, para que los niños primero observen y luego imiten. En poco tiempo lo harán un hábito, y nuestro ejemplo beneficiará a nuestros hijos, a nosotros y al mundo en consecuencia.
Fuente: Agencia
Patricia de la Fuente es especialista en educación y desarrollo Infantil, conferencista con más de 40 años de experiencia y pionera en la implementación de centros de desarrollo infantil en México.