El 2019 se vio marcado por distintos movimientos feministas a lo largo del mundo que exigen el cese a la violencia de género; en México, uno de los países con más altas cifras de feminicidios, la solicitud que resonó por todo el territorio es clara: “ni una menos”.
Lamentablemente, el término “feminicidio” no es nuevo en nuestro vocabulario; los registros indican una de sus primeras apariciones en 1837 en la voz del socialista francés Charles Fourier, con ello se refería a la liberación de la mujer en un futuro utópico.
Más adelante, en 1976, el término fue utilizado por primera vez en la Organización de las Naciones Unidas por Diana Rusell ante el Tribunal Internacional de los Crímenes Contra las Mujeres, en Bruselas. De acuerdo con ONU Mujeres “femicide” (en inglés) fue desarrollado por Jill Radford y Diana Russell para distinguir “homicidio” y “asesinato” de la “muerte violenta de una mujer a manos de un hombre, por el hecho de ser mujer”.
En el caso de México, la palabra “feminicidio” cobra fuerza y visibilidad en 1993, como una respuesta a las denominadas “muertas de Ciudad Juárez”. Para 2012, México ya era el primer país en el que se proponía tipificar el delito de feminicidio en el Código Penal Federal.
México, un país peligroso para ser mujer
De enero a octubre de 2019, este crimen presentó un aumento de 111 por ciento. Además, hasta septiembre del mismo año se tenían registrados 2 mil 833 feminicidios, pero sólo 726 fueron abordados como tal por la justicia, es decir, el 25.6 por ciento.
Las irregularidades judiciales y casos sin resolver llevaron a la población a movilizarse contra la violencia de género.
Podemos identificar el momento de explosión de esta última oleada de protestas luego de que una joven de 17 años denunciara haber sido violada por cuatro hombres oficiales de policía dentro de una patrulla en Azcapotzalco, Ciudad de México. La inconformidad social aumentó cuando, de manera irresponsable, las autoridades dieron a conocer los datos personales de la víctima
Sumado a ello, las cifras de violencia contra las mujeres en el territorio nacional son abrumadoras, de acuerdo con ONU Mujeres, en México, cada día nueve mujeres son víctimas de feminicidio.
El último caso más sonado fue el de Abril Pérez, quien fuera asesinada frente a sus hijos por su esposo, Juan Carlos García, el pasado 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.
Lo anterior ha delatado, por un lado, una cultura que minimiza el valor y participación femenina en la sociedad, así como lagunas dentro de los códigos pénales para abordar y castigar los delitos relacionados a la violencia de género.
Ante todo el panorama, las mujeres han salido a las calles a alzar la voz, algunas con diamantina rosa, otras con latas de pintura en aerosol, con pancartas, pañuelos y los puños en el aire, la finalidad es la misma, exigir respeto y justicia.