La película protagonizada por Julia Roberts nos muestra la historia de una mujer que hizo las maletas, puso su vida en pausa y viajó por el mundo hasta encontrar la paz. ¿Quién de nosotros no quisiera hacer eso de repente? Sinceramente, yo sí. Sin embargo, esa no es la premisa de ‘Comer, rezar y amar’.
La historia de esta película nos muestra lo importante de siempre tener los pies en la tierra y tener claro que las cosas llegan cuando deben llegar. Es por eso que en Mujer Ejecutiva te queremos mostrar algunas lecciones de vida que esta película nos dejó.
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- Sobre los nuevos comienzos: Que la vida comience a cambiar o que tome otra ruta no es algo malo. Aunque vivamos con miedo al cambio, no debemos conformarnos con vivir en la monotonía. Así que si no eres feliz con quien eres o con lo que tienes, es hora de moverte.
- Aprende a disfrutar de estar contigo misma: Hasta que aprendas a estar contigo misma podrás comprender si cuando quieras estar con alguien más lo estarás haciéndolo por amor o soledad.
- Aprende de la compañía cuando la quieras, no porque la necesites: Después de haber aprendido a estar sola comprenderás que nadie te puede salvar. Esa es tarea tuya.
- Cómo tener una vida equilibrada: Nos muestra que el balance debe ser no dejar que nadie te ame menos de lo que tú lo haces por ti misma.
- La familia lo es todo: Puede que tus amigos y pareja se alejen de ti, pero la familia es el vínculo que siempre permanece en las buenas y en las malas.
- Cerrar ciclos no siempre es malo: Para soltar, es necesario dejar de sobre pensar el pasado, dejar de planear el futuro y comprender cómo nos sentimos para ver qué es lo qué pasa.
- Cómo es la mejor manera de sanar: Para sanar, hay que confiar, ya que un corazón roto representa el intento de algo.
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