Todos estamos en esa búsqueda imparable llamada felicidad. ¿No es así? Este sentimiento se ha convertido en una industria valuada en más de 11 millones de dólares al año, donde las empresas y las personas nos crean la fantasía diaria de que alcanzar la felicidad es algo realizable. Ser feliz es ser feliz
Perseguir nuestro sueño de ser felices es un concepto muy arraigado prácticamente desde que nacemos. Desafortunadamente, esto nos crea expectativas que en la vida real jamás serán vistas; porque incluso cuando nuestras necesidades básicas, biológicas y materiales están saciadas, el estado de felicidad sostenida es abstracto.
Entonces, ¿qué pasa cuando se dice que una persona es feliz? O, mejor dicho, ¿cómo estar segura de que tu felicidad es real y no una construcción de diversos factores externos que han manipulado mis pensamientos por años?
- La industria actual de la felicidad está basada en códigos de la moral, muchos de los cuales dicen que hay una razón por cada momento de infelicidad; ya sea moral, egoísta o materialista.
- Todo el mundo trata de encontrar la felicidad como un remedio a la inhabilidad de disfrutar la vida de forma inmediata y consistente.
- Quienes creen saberlo todo, nos hacen falsamente conscientes de que nuestras emociones naturalmente mixtas e impuras deberían ser todo lo contrario para vivir la vida que todos merecemos.
¿Te das cuenta de que estas afirmaciones parecen un tanto obsoletas? ¿Dónde queda entonces el derecho de libre expresión y la capacidad de pensar diferente al resto?
Si realmente quieres vivir en paz contigo misma y con tu entorno sin necesidad de que todo sea color de rosa, entonces recuerda esto:
- Por más que lo intentes, nunca conseguirás ser plenamente feliz.
- Si por casualidad te tocara ganar algún premio; ¿eso resolvería tus problemas por siempre? Seguramente no. Todo es momentáneo.
- Estamos diseñados por naturaleza como seres que evolucionan, se reproducen y sobreviven. Realmente importa poco si somos o no felices.
- Si todos fuéramos capaces de experimentar una felicidad absoluta y duradera por siempre, nadie sentiríamos motivación, amor o dolor. Lo que impediría desarrollarnos y relacionarnos debidamente al no tener la necesidad de arriesgarnos a que algo “salga bien”.
En conclusión, el concepto de felicidad evoluciona con nosotros como un mecanismo necesario para mantener el equilibrio entre nuestro cuerpo y nuestra mente. ¿Qué opinas?
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