En México el 29% de la mujeres padece anemia, esto quiere decir que el cuerpo no cuenta con niveles adecuados de hierro, mineral necesario para producir hemoglobina, transportar oxígeno a los tejidos y completar otras funciones vitales para el organismo.
Aunque el padecimiento puede presentarse en cualquier etapa de la vida, las mujeres en edad fértil, el embarazo y la lactancia son las más propensas.
En este sentido y a propósito del Día Mundial de la Deficiencia de Hierro (26 de noviembre), la doctora Fernanda Prado, gerente médica para hierros en Takeda, explicó que el embarazó y la lactancia las necesidades de este elemento aumentan.
“Aunque los requerimientos de hierro son distintos para cada persona, la escasez de micronutrientes en la sangre afecta en su mayoría a mujeres y bebés; en casi el 30% de los embarazos, no se cuenta con niveles de hierro suficientes, lo que podría llevar a presentar partos prematuros o tener mayores probabilidades de que el recién nacido tenga bajo peso”, comentó la experta.
Por otro lado, la ginecóloga obstetra, Paloma de la Torre, aseguró que las mujeres se vuelven más vulnerables por la pérdida de sangre durante la menstruación. En este sentido resalto que no es normal que un ciclo menstrual sea muy prolongado o que la pérdida de sangre sea extremadamente abundante, conocido como menorragia.
Utilizar doble protección para controlar el flujo menstrual o tener que cambiarlo constantemente durante el día ante coágulos muy grandes son otros síntomas. Esto puede ir acompañado de palidez, debilidad y fatiga, a causa de la disminución de los niveles de hierro, lo suficiente como para aumentar la probabilidad de tener anemia.
“En cualquier persona lo fundamental es tener un nivel adecuado de hierro (…) que se traduce en una alimentación equilibrada que incluya carnes, pescados, cereales y derivados», indicó Prado.