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Matilde Petra Montoya Lafragua, Ciudad de México (1859 – 1939).

Segunda hija del matrimonio entre Soledad Lafragua y José María Montoya, fue educada como hija única, tras la muerte de su hermana.

 

Matilde Montoya fue la primera mexicana en graduarse de Medicina, también fue partera y obtuvo su doctorado en 1887. Las enseñanzas y apoyo que su madre Soledad Lafragua le enseñó, le abrió el interés por el estudio a muy temprana edad.

Matilde terminó su educación escolar siendo demasiado joven para entrar a la Educación Superior. Su familia la incitó a estudiar ginecología y obstetricia. Tras la muerte de su padre, Matilde se inscribió en la carrera de obstetricia y partera, que dependía de la Escuela Nacional de Medicina y realizó sus prácticas en el Hospital de San Andrés. Posteriormente se vio obligada a abandonar esa carrera debido a las carencias económicas de su familia, optando por inscribirse en la Escuela de Parteras y Obstetras de la Casa de Maternidad.

Con tan solo 16 años, Montoya recibió el título de partera; ejerció gran parte de esta profesión en Puebla. A sus 18 años trabajó como auxiliar de cirugía bajo la tutela de los doctores Luis Muñoz y Manuel Soriano. En Puebla, pidió su inscripción en la Escuela de Medicina, presentó la tesis de su recorrido profesional y cumplió con el requisito de acreditar las materias de Química, Física, Zoología y Botánica, aprobando el examen de admisión.

Algunos médicos y compañeros estaban en desacuerdo de que una mujer estudiara Medicina con ellos, al poco tiempo fue dada de baja. Buscó la manera de hacer justicia escribiendo una carta al entonces presidente Porfirio Díaz.

Matilde Montoya decidió regresar con su madre a la Ciudad de México, donde finalmente y por segunda vez solicitó su inscripción en la Escuela Nacional de Medicina, siendo aceptada en 1882 a los 24 años por el entonces director, el doctor Francisco Ortega.

Estuvo llena de críticas y desacuerdos por parte de múltiples personas; quienes apoyaban a Matilde fueron llamados «los montoyos». Durante sus estudios en la Facultad de Medicina se presentaron muchos percances, como revalidar sus materias de Latín, Matemáticas, Geografía, Francés y raíces griegas, se le permitió cursarlas en el Colegio de San Ildefonso sede de la Escuela Nacional Preparatoria.

Recibió su doctorado de la Facultad de Medicina de México en 1887, después fue declarada médica de cirugía y obstetricia.

Durante sus estudios recibió apoyo económico y lo dejó de percibir cuando se tituló. El gobierno le otorgó una mensualidad de 40 pesos y los gobernadores de Morelos, Hidalgo y Puebla le asignaron pensiones útiles pequeñas. El general Terán, gobernador de Oaxaca, la nombró recolectora de pus vacuno (para vacunación contra la viruela) en esa capital con un sueldo de 30 pesos mensuales.

En diversas ocasiones el presidente Porfirio Díaz le proporcionó una cantidad con la que adquirió libros de texto, o un estuche de cirugía. El 19 de agosto de 1891, registró ante el Consejo Superior de Salubridad, el título que la acreditaba como médica cirujana, que le fue expedido por la Junta Directiva de Instrucción Pública el 24 de septiembre de 1887.

La Dra. Matilde Montoya fue una líder de gran importancia, pues impulsó a otras mujeres a que estudiaran Medicina, en una época donde la sociedad reprobaba actividades de la mujer fuera del hogar.

Su ejemplo de tenacidad en la persecución de un sueño ridículo para unos, imposible para otros y reprobado por los demás abrió a esta gran mujer mexicana el camino de la ciencia y la visión del pasado siglo.

 

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