Seguramente en las últimas semanas te ha tocado modificar tu rutina por completo, la pregunta es, ¿ya lograste establecer un ritmo? En caso de que tu respuesta sea negativa, no tienes por qué sentirte mal. Estamos atravesando momentos complicados que nos llenan de dudas, frustración y estrés.
Reinventar nuestra rutina lleva tiempo, pero sus beneficios son altos pues puede ayudar a sentirnos en armonía; recuerda que sólo concentramos todas nuestras actividades en una misma locación, por lo que necesitaremos priorizar necesidades y definir actividades para tomar control de nuestro día.
- Define tus tiempos:
Desde que somos pequeños nos crean una rutina para que tengamos un ritmo definido que nos permita fluir con el día: despierta, desayuna, escuela, come, descansa. ¡Sigue ese patrón! por eso funcionamos tan bien cuando somos niños, las rutinas salvan vidas.
- Si te ves bien, te sientes bien:
La facilidad de tener cama y trabajo (todo bajo el mismo techo), puede ser una gran tentación ¡no confíes en ese deseo! Levántate, toma una ducha (exfolia tu cara, hidrata tu cabello, protege tu piel, perfúmate, vístete para conquistar frente al espejo) y alístate para el día.
- No desajustes tus comidas:
¡Seguimos con los horarios! Define tiempos para el desayuno, brunch, comida, snack y cena. Sabemos lo fácil que es ir de la sala a la cocina, que la ansiedad nos hace querer más y más comida, pero sólo lograrás desbalancearte y afectar desde tu digestión, tu humor y hasta tu cabello.
- ¡Aprovecha esta oportunidad!:
Es el momento perfecto para iniciar ese proyecto o un buen hábito ¡lo que se te ocurra! la dieta, el curso de alemán, el DIY que se verá perfecto en tu sala, el libro que dejaste en espera, etc.) ¡aprovéchalo!
