La directora de orquesta, Alondra de la Parra, lleva aproximadamente siete semanas sin salir de su casa ubicada en Berlín, Alemania. El confinamiento le ha permitido reencontrarse con otras actividades que su oficio no le permite realizar por falta de tiempo. Aunque al principio le costó trabajo adecuarse a la situación, hoy en día afirma que ha encontrado su ritmo.
Para la directora, la contingencia ha sido un proceso de altibajos, en este sentido explica:
«Al principio sentí una angustia y ansiedad muy grande; después me sentí muy triste, con muy poca energía, ahora me siento mucho mejor porque he encontrado mi ritmo».
La agenda de una directora de orquesta se planea con dos o tres años de anticipación, sin embargo, la actual contingencia ha suspendido sus conciertos hasta el mes de agosto, tal situación la deja con mucho tiempo para poderse enfocar en actividades que en otras circunstancias difícilmente habría podido realizar.
Es por ello que a pesar de la enorme dificultad que ha significado la situación, «también ha sido una oportunidad de muchísima creatividad; eso es lo que ha pasado después de las guerras y cuando ha existido crisis: siempre surge una ola de creatividad».
Reencuentro con el piano
Se ha reencontrado con el piano, después de 15 años dedicada completamente a dirigir orquestas.
«Tocar el piano ha sido como una herramienta para aprenderme las partituras y prepararme; pero ahora puedo tocar por gusto. Fue hermoso volver a descubrir que puedo tocar por gusto y tener tiempo para estudiar y practicar».
También ha aprovechado el uso de la tecnología para dar clases en línea. En este sentido, asegura que ha recibido la invitación de universidades de Estados Unidos para dar cursos de dirección de orquesta enfocado a obras específicas, como «Sensemayá» de Silvestre Revueltas..
En época de incertidumbre, De la Parra es sido testigo del buen funcionamiento de las políticas gubernamentales en apoyo a los artistas. En Alemania «se dan cuenta de la importancia que tiene la cultura para la sociedad, pero también del momento tan difícil que mi gremio está viviendo».
«Todos los músicos que no tienen un contrato, que la verdad somos la gran mayoría, pasamos de tener ingresos a no tener ya nada… ni un solo ingreso y aquí el gobierno (de Alemania) ha sido muy claro en dar ese apoyo».
Finalmente, dice estar impactada por la facilidad de la solicitud de ayuda, «ese apoyo se anunció muy temprano y fue cuestión de esperar tres días para recibirlo, como miles de otros artistas, de hecho no conozco a otro artista que lo haya solicitado y no lo obtuviera. Ha sido realmente increíble que no nos olvidaran desde el principio, eso es importantísimo. Espero que en México se haga algo similar porque realmente es una situación muy crítica la que viven los artistas independientes en este momento».