Por Lola Stapff*
El orden mundial cambió, la manera de ver la vida cambió. Una nueva «era» está comenzando y con ella una oportunidad.
La forma de adquirir conocimiento y de vernos a nosotros mismos también están cambiando, los paradigmas se están rompiendo. Los coaches o mentores, hoy en día adquieren más protagonismo y responsabilidades, son nuestros nuevos «maestros y referentes» que, a través de metodologías poco convencionales, nos proyectan con una mirada enfocada en el autoconocimiento y el amor propio.
La industria de la imagen no podía quedarse atrás, de esto están a cargo los coaches de imagen. Un coach de imagen combina técnicas de coaching de vida y asesoría de imagen guiando el autodescubrimiento de la esencia de las personas y la proyección de su verdadera imagen hacia el exterior. Trabaja progresivamente los aspectos internos del individuo a través de técnicas de Programación Neurolingüistica (PNL) e inteligencia emocional, resaltando el autoconocimiento y autoaceptación, para luego proyectarlo a través de la imagen externa de acuerdo a su morfología, colorimetría personal y estilo propio, los cuales son los que componen la presencia y actitud.
Cabe destacar que, si bien un coach de imagen está al tanto de las tendencias, tiene muy clara la diferencia entre moda y estilo. Las tendencias están condicionadas a un tiempo o temporada y no son afines a todas las personas, mientras que el estilo personal es único y prevalece con el individuo por siempre.
Así que, en este momento de despertar de la conciencia, los invito a que la próxima vez que vayan a buscar su vestimenta, piensen si esa prenda que se están vistiendo es una tendencia del momento o realmente las representa y les refleja su verdadera esencia, porque como eres por dentro lo reflejas por fuera.