La ceremonia cuenta con el mayor despliegue de seguridad de cualquier investidura presidencial en la historia del país
La ceremonia de investidura del demócrata Joe Biden como presidente de Estados Unidos y de Kamala Harris como vicepresidenta comenzó este miércoles en un acto en Washington DC, en medio de estrictas medidas de seguridad.
A las 11:18 (horaWashington DC) de la mañana, mientras caían unos pocos copos de nieve, Biden y su esposa, Jill, bajaron la escalinata oeste que sale del Capitolio y se dirigieron a sus asientos para el comienzo de la investidura.
Poco antes, Harris y su esposo, Doug Emhoff, habían llegado también a lugar de la ceremonia, donde los esperaban unos mil invitados, muchos menos que los 200.000 que solían ocupar los asientos de honor durante ceremonias previas en las que no había pandemia ni desafíos tan graves de seguridad.
La ceremonia comenzó con un discurso de la senadora demócrata Amy Klobuchar, una de las rivales de Biden en las primarias demócratas del año pasado, quien recordó el asalto al Capitolio de hace dos semanas y pidió «no dar por sentada la democracia» estadounidense.
«Este es el día en el que nuestra democracia se pone en pie, se sacude el polvo y hace lo que siempre ha hecho», afirmó Klobuchar.
La ceremonia cuenta con el mayor despliegue de seguridad de cualquier investidura presidencial en la historia del país, bajo la atenta mirada de hasta 25 mil militares de la Guardia Nacional, cinco veces más que los que hay en Irak y Afganistán.
Además, la jornada contrasta con otras investiduras por la ausencia de público en el National Mall, la enorme explanada que se extiende desde el Capitolio hasta el monumento a Lincoln.
Para representar a los estadounidenses que, de no haber sido por la pandemia, se habrían desplazado a Washington para ver la toma de posesión, los organizadores han dispuesto a lo largo de esa explanada 191 mil 500 banderas de diferentes tamaños y tipos, iluminadas por 56 pilares de luz que representan a los estados y territorios del país.