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Por Gabriela Vázquez*

De entre los muchos retos que las mujeres enfrentan hoy dentro de las empresas, uno de los más importantes es ascender en su carrera y lograr un mejor salario, lo cual no es sencillo por factores de educación personal y cultura organizacional.

Solicitar un aumento o una promoción por logros obtenidos es positivo para la carrera e imagen corporativa. Mientras más cercano al logro hagas la solicitud, mayor posibilidad de éxito tendrás.

Estas conversaciones deben sustentarse con datos claros, destacar el impacto para el beneficio de la compañía y, de ser posible, incluir proyecciones. Al buscar crecimiento y no tener visibilidad de una promoción, trabajar en un plan y presentarlo a los superiores es una forma de abrirse camino y destacar las habilidades.

Promover el trabajo no está mal, es la manera en la cual se hace visible a otros la contribución y puede ser útil para hacer equipos de trabajo, tener referencias claras frente a clientes y/o stakeholders. Asimismo, es lo óptimo para mostrar a quienes están aprendiendo que pueden acercarse para una mentoría.

Lo que México espera de ellas

No es un secreto que la sociedad espera mucho de las mujeres y ellas se autoexigen, pues pareciera que están obligadas a ser la «super woman». Conoce lo que arrojó este estudio que realizó la firma Kantar en exclusiva para Mujer Ejecutiva.

«El reto de las mujeres actuales en las empresas es: aprender a pedir». Esta sencilla declaración implica códigos culturales fundamentales, así como barreras mentales y emocionales que las mujeres no pueden derribar, pues muchas ni siquiera las reconocen.

¿Cuántas mujeres han pedido un aumento o una promoción en su trabajo más de dos veces a lo largo de su carrera?

Y por pedir me refiero a tener una conversación clara con datos que sustenten la solicitud. Si además la pregunta es cuántas de esas mujeres tuvieron una respuesta favorable, el número sin duda será menor.

¿Por qué les cuesta tanto trabajo pedir aquello que les corresponde?

Las respuestas varían y van desde: «porque no saben que se puede» o «porque no saben reconocer las victorias que abren la posibilidad», hasta «porque no les gusta presumir su trabajo». Y, sobre todo, porque piensan que las promociones, los aumentos y otras condiciones se ofrecerán con justicia, es decir, la compañía verán su valía y no esperará para recompensar sus logros, lo cual sucede sólo en pocos casos.

Lo que ellas no saben es que el mundo laboral tiene normas que no se les dieron de pequeñas, ya que por lo general se les educa «para agradar, no para competir». Es a lo largo de la vida laboral que se aprende a tener conversaciones incómodas y desagradables. «Incomodar» a un superior con la solicitud de una promoción, un aumento o la negociación de alguna condición generalmente no se hace en los primeros años y, en ocasiones, ni siquiera a los 15 años en una compañía.

Por otra parte, las mujeres tienden a aceptar retos fuertes con tal de mostrar su valía y se esfuerzan todo lo que pueden, ya que el foco está en entregar y demostrar la capacidad de entregar el trabajo, incluso si las circunstancias son desfavorables o los recursos insuficientes. Aunado a esto, no se atreven a solicitar lo básico y mucho menos se plantean la posibilidad de condicionar el éxito de su trabajo, a si existen las condiciones adecuadas. Esto deriva en desmotivación, cansancio y frustración por no sentirse reconocidas de manera espontánea por las organizaciones.

Estas observaciones no pretenden presentar un escenario negativo con una figura femenina que es víctima de un sistema; lo que pretenden es una reflexión sobre los códigos que no se conocen ni se reconocen en el mundo. Es una invitación a las mujeres a identificar las circunstancias y a entender cuáles son los caminos a través de los cuales se pueden transformar las creencias para seguir avanzando en sus carreras con éxito y satisfacción. Mientras más mujeres accedan a puestos de decisión e influencia con estos conocimientos, podrán ejercer el rol y ser mentoras de otras mujeres para transformar su presencia en el mundo corporativo.

*Qualitative director, insights división, para Kantar