Es necesario reconocer que son las mujeres quienes han sido las más afectadas durante la pandemia
La crisis resultado del brote de Covid-19 ha traído consigo un replanteamiento del modelo de vida y rol fundamental de las mujeres en la sociedad, que si bien ya teníamos presente y se ha visibilizado más y reafirmado con la labor ejemplar de mujeres al frente de algunos países.
Ahora, con el regreso a la «nueva normalidad» se delata la urgencia de nuevas políticas de trabajo y sociales con perspectiva de género. Al respecto de este regreso, Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) comentó:
«Esperamos que esta sea (la «nueva normalidad») más solidaria, más cuidadora y más justa. Es necesario reconocer que son las mujeres quienes han sido las más afectadas durante la pandemia y quienes tendrán más desafíos para la recuperación post Covid-19″.
Respecto al papel de las mencionadas mandatarias, dijo que «tener mujeres como líderes multiplica las maneras de abordar el problema», lo anterior, durante el conversatorio virtual Derechos humanos de las mujeres: retos ante el #COVID19, organizado por el Senado de la República.
►TE PUEDE INTERESAR►LÍDERES RESPONDER DE MANERA EJEMPLAR A PANDEMIA
Por otro lado, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero dijo que, ante la crisis actual, la vulnerabilidad de las mujeres no se queda sólo en el incremento de la violencia doméstica o en el trabajo de cuidados, sino que «las mujeres en esta pandemia han sido mucho más propensas a perder su empleo durante la misma o a recibir salarios menores, incluso a tener que trabajar sin salario alguno. El tema económico las ha afectado de forma verdaderamente fuerte».
En este contexto Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) puntualizó que alrededor de 110 millones de mujeres en la región se encontrarían en situación de pobreza y que 54% de ellas se ocupan en empleos precarios con bajos salarios, sin protección social ni seguridad de permanecer en sus trabajos, debido a que se ubican principalmente en la informalidad. «El impacto social de la pandemia tiene rostro de mujer», comentó.
Estas desigualdades, agregó, «son producto del enorme impacto asociado a un modelo de tres décadas de concentración de la riqueza y de desigualdades entrecruzadas».
«Hay que romper con los patrones culturales patriarcales, discriminatorios, violentos y con el predominio de la cultura del privilegio, para avanzar hacia la cultura de los derechos y la igualdad», destacó.
Entre las políticas para garantizar los derechos de las mujeres propuso establecer un ingreso básico de emergencia por seis meses equivalente a una línea de pobreza, incrementar la participación laboral de las mujeres en sectores estratégicos de recuperación económica, apoyar en las mujeres de las Micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), financiar servicios integrales contra la violencia de género, proteger a las migrantes e invertir en la economía del cuidado, un factor clave para dar dinamismo a las economías.