Por Paula Soto mujeres
El Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México surgió en 2019 como una respuesta a la exigencia colectiva de escuchar las voces de las ciudadanas, voces de mujeres jóvenes, estudiantes, trabajadoras, remuneradas o no; empresarias, activistas, maestras, mujeres todas con una causa, un motivo; hacer escuchar y compartir sus inquietudes y sus necesidades como nunca antes se había hecho en ninguna parte del país desde un espacio legislativo. Su proyecto respondió a un momento histórico del cual todas las mujeres de la Ciudad de México hemos sido parte fundamental,;pues al tiempo que comenzaba la I Legislatura del Congreso, se daba paso también a la I Legislatura paritaria que jamás se hubiera visto en nuestra ciudad, nuestro país.
Sin este detalle que significó la culminación de una lucha histórica de las mujeres que nos antecedieron,;hubiera sido imposible pensar que decenas de mujeres procedentes de distintas zonas de la ciudad, con contextos tan diversos, con formación en distintas disciplinas y campos de conocimiento; de diversas creencias e ideologías,;hubieran podido congregarse en un recinto legislativo para discutir y proponer iniciativas de ley que nos representaran a todas.
Impulsar desde la Comisión de Igualdad de Género las iniciativas emanadas desde las experiencias y vivencias de las Parlamentarias ha implicado un parteaguas político:;que las leyes en nuestro país dejen de responder por un pequeño grupo que legisla y comiencen a contemplar y responder por las exigencias de la inmensa diversidad de mujeres que vive en la Ciudad de México.
Anteriormente,;en la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal,;los parlamentos de mujeres consistían en reuniones de apenas unas horas donde acudían invitadas al recinto para posicionamientos en materia de Derechos de las Mujeres.
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Así, convocamos a estudiantes, madres, académicas y trabajadoras hogar; a adultas mayores, activistas, mujeres del servicio público o privado, a feministas o no; mujeres de la diversidad,;indígenas, mujeres trans, todas aquellas interesadas en participar,;en crear redes, en aprender sobre lo legislativo y sumar un granito de arena que buscara cambiar para bien la vida de todas las demás.
El ejercicio duró siete meses y se replicó durante los tres años de la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México. Las asistentes fueron capacitadas en materia legislativa para conocer sobre los alcances del Poder Legislativo y que el ejercicio fuera exitoso en su desarrollo,;para que así pudieran elegir ellas mismas su propia Mesa Directiva,;una Junta de Coordinación Política y las integrantes de las diversas comisiones que había alrededor de temas fundamentales para la agenda de género.
A partir de esto, en el Parlamento de Mujeres se trabajaron temas de la agenda referentes a salud, ciudadanía, movilidad, sustentabilidad, derecho a la ciudad, participación política, ciencia y tecnología, entre otros; al tiempo que se intercambiaron visiones y perspectivas multidisciplinarias que aportó cada una de las integrantes.
Hoy, casi tres años después del inicio de ese sueño, el Parlamento ha sido apropiado por las mujeres que lo conforman, y se ha convertido en un ejercicio ciudadano para darle voz a demandas que nunca antes se habían escuchado con tanta fuerza.
Como Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, imaginé este Parlamento con toda la emoción y la ilusión de ver el recinto legislativo lleno de mujeres.
Nuestro Parlamento pasó por momentos en los que el corazón me palpitó tan fuerte que sentí se me salía del pecho, vi cómo se construyeron redes que una vez terminado el ejercicio siguieron rindiendo frutos para algunas de las participantes, allá afuera las he visto más activas y espero ser aliada de la mayoría, pero sobre todo, deseo con fuerza que cuando sea necesario, podamos ser sororarias entre todas.
*Paula Soto.- Politóloga, política, activista de derechos políticos, económicos y sociales
