En la contabilidad, la Inteligencia Artificial (IA) permite, entre otras cosas, la toma de decisiones en situaciones de incertidumbre y la posibilidad de administrar las crecientes cantidades de información, automatizando la construcción de ésta y llevando a cabo los procesos que ahorran en la inversión de recursos y optimizando las decisiones relacionadas.
De acuerdo con Integrity Software Latin America, esta tecnología es responsable de la interpretación de los datos del sistema, manteniéndolos siempre seguros y privados. Los encargados de la tesorería tendrán alertas sobre el desempeño, ya que puede prever la evolución gracias a la alimentación de datos al motor de IA.
Este sistema de predicción se entrena con datos y situaciones del pasado para que pueda determinar la probabilidad de que un evento ocurra de nuevo en función de su contexto.
¿Cómo funciona?
Además de identificar tendencias históricas típicas, el uso de IA es excelente para identificar patrones de transacción, lo cual es útil para aislar transacciones que no se alinean con esos patrones.
Existen varios ejemplos del uso de esta tecnología, algunos de ellos son para prevenir y mitigar riesgos. Entre ellos se encuentra la detección de fraude. La IA no sólo permite analizar la cantidad de datos para detectar actividades fraudulentas, sino que es capaz de aprender y generar patrones estandarizados que ahorren el esfuerzo cuando se deba detectar un fraude parecido en otra ocasión.
A medida que los sistemas cognitivos de detección del fraude aprenden, serán capaces de detectar fraudes más complejos, una ventaja con gran impacto en la gestión riesgos.
Algunas soluciones – como la de Integrity Software Latin America – utilizan las tendencias para repetir el proceso con el fin de construir un modelo de negocio óptimo.
Con la IA, las empresas podrán ingresar datos como las ubicaciones geográficas de sus diferentes oficinas y los productos que se venden en cada una para ver si la cantidad de efectivo disponible está justificada.