Científicos y especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición «Salvador Zubirán» (INCMSZ) estudiaron los latidos del corazón y su comportamiento en el organismo; investigación que reveló algo inesperado.
El físico Alejandro Frank, coordinador general del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM y quien dirige la investigación, señaló que la complejidad del corazón es mayor en la mujer en comparación con el del hombre.
“Ojalá esto no se tome como un comentario sexista, sino todo lo contrario”, bromeó Frank.
El científico analizó cardiogramas de personas de múltiples edades y de ambos sexos, a fin de entender cómo se da el vaivén de los intervalos entre los latidos del corazón.
¿Por qué un físico estudia el corazón? Es parte de un proyecto que busca hacer confluir disciplinas en ámbitos donde no tienen presencia tradicionalmente, a fin de empujar los límites de la ciencia y, por ende, sus alcances.
“Muchos de quienes nos dedicamos a la física (..) nos hemos interesado en el estudio de sistemas poseedores de muchas interacciones y varias propiedades. El corazón y su comportamiento tienen todo esto”, dijo el experto.
Al comparar las gráficas y poner en un lado a los hombres y en el otro a las mujeres resaltó algo que en principio no se esperaba:
“De jóvenes todos tenemos corazones muy variables, pero los hombres rápido comienzan a regularizarse y las mujeres se mantienen durante más tiempo fluctuantes; por eso digo que el corazón femenino es más complejo que el masculino”, sostuvo.
La prueba que no pasaron los cardiólogos
Alejandro Frank proyectó dos cardiogramas ante especialistas del Instituto Nacional de Cardiología «Ignacio Chávez», uno perteneciente a un individuo sano y otro a alguien severamente enfermo.
Luego planteó: ¿Cuál pertenece a cada cual?”. Todos dijeron que la primera era la del individuo sano.
“Y era al revés, algo que los expertos ahí reunidos no pudieron distinguir y esto es la mejor evidencia de aquello que señalé al principio: el corazón es complejo”.
A medida que las personas entran en años y decaen físicamente, los latidos comienzan a adquirir cierta regularidad de relojería, apuntó el físico, “pues así, como con el pasar de los años nos hacemos más rígidos al andar e, incluso, en nuestras ideas y pensamientos, cuando envejecemos o al enfermarnos pasa lo mismo con nuestros latidos”.
Fuente: NTX