La brasileña Juliana Souza Baioco aspira al primer lugar en el podio del show, donde participantes y jueces son hombres
Foto EFE/ Alberto Viveros
La ingeniera brasileña Juliana Baioco nunca se imaginó que de ser una aficionada a la forja pasaría a ser parte de «Desafío sobre fuego Latinoamérica», show donde compiten forjadores de armas que son puestas a prueba por un jurado. Sin embargo, ahora es la primera mujer en el concurso y espera que su experiencia invite a muchas otras a participar.
«La responsabilidad de ser la primera mujer en el programa es muy grande. Empecé en la cuchillería mirando ‘Desafío sobre fuego’ y ahora estoy del otro lado de la televisión», aseguró la competidora.
Esa responsabilidad la impulsa y la anima a seguir adelante, y, aunque no se consideró feminista, la ingeniera petrolera asegura que la gente tiene que normalizar que las mujeres son capaces de trabajar la forja.
«Me gustaría mucho que las personas desconfiguraran esa mentalidad de que la cuchillería es solo para hombres, que es posible que otras mujeres hagan cuchillos, que son perfectamente capaces y que es normal, que solo se necesita pasión y amor, que les debe gustar la profesión y eso les va a abrir más caminos a las mujeres para esa arte», comentó.
Baioco fue invitada a participar luego de que Daniel Jobim, el ganador de la temporada anterior, la recomendara para poder formar parte del proceso de selección y Juliana, un poco incrédula de que la apoyasen, aceptó.
«Tenía que hacer un cuchillo desde la forja hasta las pruebas, después una entrevista sobre mi vida y algunos conceptos de forjamiento y cuchillería. Cuando me avisaron que yo había sido seleccionada y que yo sería la primera mujer participando en el programa las piernas me comenzaron a temblar», contó.
Juliana encontró en los cuchillos su pasión como aficionada del programa de History y desde entonces no ha parado.
«Me empezaron a interesar los cuchillos viendo ‘Desafío sobre fuego’ y un día pensé en hacer un cuchillo al menos una vez en mi vida, me metí a un curso con un maestro y fui a un lugar muy lejos de mi casa, desde entonces no he parado», concluyó.