El arte de la negociación no solo es importante para el mundo de los negocios, sino que tiene una aplicabilidad impresionante en la vida misma. Aunque no nos damos cuenta todo el tiempo de nuestras vidas hemos estado negociando, desde que pedíamos un permiso con nuestros padres, negociando en nuestra relación o incluso en el mercado. negociar es negociar
Es por eso que, si no somos tan buenos, tenemos que hacerla una de nuestras mejores habilidades para obtener los recursos que deseamos, en pocas palabras, es esencial para la vida.
Cualquiera de las formas tiene un fin común y es el tener la habilidad de convencer al otro de tu postura y estas son las dos formas de negociar:
- La suave: Es la primera y la más “pacífica” porque suele evitar los conflictos personales, llegando así a un acuerdo en el que a veces el negociador se siente explotado y abusado.
- Dura: se mira y vive como un duelo de voluntades en donde gana el que tome las posiciones más extremas y el que resista por más tiempo.
La vida es una constante negociación… negociar
¿Por qué negociamos? Casi siempre es por intentar llegar a un acuerdo para solucionar ciertos conflictos entre ambas partes o bien para concretar una alianza.
Lo mejor de este proceso es sentir la satisfacción de lograr aquello que te has propuesto.
Aquí te van los 3 principios que hagas cuando estás en medio de una negociación:
- Separa a las personas de tu problema: Ponte en la posición del otro y propón una manera sencilla en donde los dos salgan beneficiados.
- El mutuo beneficio: Sugiere todas las soluciones posibles y dialoguen cuáles son las mejores opciones.
- Ser objetivos es la solución: Encuentra una medida que te protegía de aceptar un acuerdo que debas rechazar o que no sea negociables, crea un plan alternativo.
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