La mayoría de las personas que son conductores o se está preparando para serlo, la mayoría de las veces han padecido de sensaciones desagradables cuando se trata de estar al volante. Cuando el tráfico es demasiado o las condiciones climatológicas no son buenas, es muy probable que el conductor experimente cierto tipo de ansiedad. Sin embargo, una cosa es tener miedo a conducir y otra cosa es el trastorno que recibe el nombre de amaxofobia.
Amaxofobia es una palabra que viene del griego Amaxos (carruaje) y Phobos (miedo terrible). Se presenta como mucha angustia y ansiedad que llega a inhabilitar a la persona para conducir debido a miedos muy intensos e irracionales que pueden desencadenar un ataque de pánico, desmayo o un infarto.
¿A quiénes les afecta?
Se dice que 1 de cada 4 personas llega a padecer amaxofobia y que suele aparecer con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Las personas que tienen una personalidad insegura o perfeccionista, con codependencia tienen mayor predisposición a padecer estos pensamientos negativos y, por lo tanto, a padecerla.
¿Cómo se manifiesta?
La persona puede presentar sudores, mareos, vértigos, molestias estomacales, taquicardias, ganas de llorar, tensión muscular, pensamientos negativos, o la anticipación a los peligros.
¿Cómo se puede superarlo?
La ayuda psicológica es fundamental para que no se agrave la situación. Otros tipos de terapia como la de Exposición Gradual, Breve y Estratégica o el Mindfulness son algunos tipos de terapias psicológicas que pueden funcionar dependiendo de lo que cada paciente necesite.
¿Qué hacer en caso de un ataque de miedo?
Lo primordial es detener el vehículo en una zona segura hasta que el conductor se sienta seguro para reanudar el viaje. Es importante este tiempo de introspección en el que el afectado analice si está ansioso por la conducción o si bien, es un problema de su vida diaria.
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