La mujer ha derribado todos los obstáculos que hay en su camino para construir un negocio propio y obtener su autonomía económica. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) destaca que tres de cada 10 pymes son lideradas por emprendedoras latinas, quienes por distintas motivaciones han demostrado que sus empresas valen por el tamaño de los retos que les impone la región.
El más grande es el financiamiento. El Foro Económico Mundial reporta solo un 12% de los emprendimientos femeninos reciben capital. El resto yace en las sombras esperando que las instancias financieras puedan cubrir sus necesidades o simplemente perecer.
De acuerdo con el informe “Emprendedoras en situación de Missing Middle y sus opciones de financiamiento”, la banca solo se enfoca en negocios consolidados. Los que encabezan las mujeres se perciben como proyectos muy grandes para microfinanciamientos o muy pequeños para alcanzar el anhelado crédito.
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Aproximadamente el 70% de las empresarias latinoamericanas está en busca de un financiamiento afín de expandirse por la región o cumplir sus objetivos financieros. Muchas se veían obligadas a vaciar los ahorros que permanecían en sus cuentas bancarias para comprar materias primas y solventar a su fuerza laboral.
Pero entonces, ¿qué pasa con el sistema actual? En entrevista con El Economista, Luz del Carmen Díaz, directora Nacional de la Licenciatura de Finanzas del Tecnológico de Monterrey rescata que los bancos no les dan seguimiento a las pymes de las mujeres debido a la falta de servicios diseñados a través de la perspectiva de género.
¿Qué hacer si necesito un crédito?
Ante el panorama, es necesario divisar otras alternativas para la obtención de capital, las cuales te compartimos a continuación:
- Triple F: Éste se deriva del término en inglés “Friends, Family and Fools” (amigos, familia y tontos, traducido al español), el cual consiste en solicitar apoyo a tu círculo cercano cuando no tienes un historial crediticio que te respalde. La ventaja de ello es que se suele conseguir dinero rápidamente, aunque no en grandes cantidades y se obtiene bajo cualquier condición que imponga el prestamista.
- Crowdfunding: Existen plataformas donde puedes compartir tu iniciativa con el fin de que la gente pueda invertir en ella; ya sea con inversión de capital, donaciones y recompensas es probable que tu proyecto sea impulsado por distintos colaboradores.
- Capital semilla o inversionistas ángeles: Existen asesores que tienen la intención de apoyar al ecosistema emprendedor mediante inversión o educación, por lo que muchos de ellos te brindan consejos con el propósito de que puedas levantar tu negocio. El ejemplo más inmediato es Shark Tank, aunque existen otras organizaciones dedicadas a esto.
- Financiamiento público: En México existen distintos apoyos del gobierno orientados a este sector como el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (PRONAFIM), el cual otorga montos que van de los $500 a los $80 mil pesos. Así como este, también existen el Fondo de Desarrollo Social (FONDESO) y las Tiendas para el Bienestar, cuyos créditos son menores, pero podrían funcionar en una etapa inicial.
Las soluciones brindadas no son suficientes. Eliminar los obstáculos que enfrentan las emprendedoras latinoamericanas solo será posible cuando surjan mayores espacios con perspectiva de género, consultoría y educación sobre finanzas. Así, quienes han demostrado con sus propios recursos que no existen límites, se convertirán en líderes.
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