La palabra hubris de origen griego, significa orgullo, presunción o arrogancia.
Los griegos utilizaban este término para hablar del comportamiento humano caracterizado por desafiar a los dioses.
Más allá de la mitología, el Síndrome de Hubris está también presente en el mundo real, infinidad de reyes, emperadores, gobernantes, políticos, militares, empresarios y directivos lo han padecido.
Este síndrome hace que las personas pierdan contacto con la realidad tras alcanzar un puesto de responsabilidad.
¿Quién no ha escuchado la frase, a este se le subieron los humos o míralo se subió a un tabique?
El «Síndrome de Hubris» es un trastorno que se caracteriza por generar un ego desmedido, un enfoque personal exagerado, aparición de excentricidades y desprecio hacia las opiniones de los demás.
Aunque el síndrome responde más a una denominación sociológica que médica, los psiquiatras han reconocido los efectos mentales del poder.
Los síntomas que puede producir el mal de Hubris destacan:
- Un enfoque personal exagerado al comentar asuntos comunes
- Confianza exagerada en sí mismo, imprudencia e impulsividad.
- Sentimiento de superioridad sobre los demás.
- Desmedida preocupación por la imagen, lujos y excentricidades.
- Mala competencia, deben vencer a cualquier precio
- La pérdida de popularidad los hace sentir rabia y rencor
- Desprecian los consejos de quienes les rodean.
- Se alejan de la realidad.
“Las presiones y la responsabilidad del poder, termina afectando a la mente”.
Según el neurólogo David Owen, llega un momento en que los líderes dejan de escuchar, se vuelven imprudentes y toman decisiones por su cuenta, sin consultar a su equipo, pues piensan que sus ideas son correctas. Por eso, aunque finalmente se demuestre lo contrario, nunca reconocerán la equivocación.
Y tú, ¿Reconoces alguno de estos síntomas?
►TE PUEDE INTERESAR► ¿Cómo activar las 4 hormonas de la felicidad?
Te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.