Es momento de bajar el ritmo y recordar que tus acciones impactan de manera colectiva, aprovechar la crisis para cambiar e intentar hacer lo mejor
Por Psic. Pilar Espinosa Rodríguez*
Para muchos, la llegada de una emergencia sanitaria cambió drásticamente la forma en que solían hacer muchas de sus actividades: ir a la escuela, el trabajo, viajar, reunirse con otras personas, entre otras cosas. Ademas, como medida de protección para todos, lo mejor fue quedarse en casa, evitar los lugares concurridos.
Nos hemos visto en la necesidad inconsciente de pasar por un proceso de adaptación debido al aislamiento social. Este proceso puede ser distinto en cada persona, pero todos en algún momento hemos tenido miedo, incertidumbre por el futuro, insomnio y cambios en nuestra alimentación. Lo cierto es que no todo ha sido tan malo, también hemos valorado lo que considerábamos «normal y cotidiano» como ir a una cafetería, un restaurante, a un concierto, salir de fiesta, ver a tus seres queridos, etc.
Pasar más tiempo en casa nos ha enseñado que podemos ser multifacéticos; trabajar desde tu habitación y luego hacer ejercicio en la sala. Ahora sabemos que podemos aprender en línea o que la distancia es relativa cuando puedes hacer una videollamada y reírte un rato con tus personas favoritas; tal vez has descubierto nuevos talentos o intentado algo nuevo para redescubrirte como retomar la práctica de algún instrumento musical, o por fin tener tiempo para ver tu serie favorita.
Darte cuenta que para estar bien no necesitas ir muy lejos, que la disminución de nuestras actividades ha impactado positivamente en el medio ambiente, que podemos elegir mejor lo que consumimos, cuidar de la naturaleza y que todo esta conectado.
Es momento de bajar el ritmo y recordar que tus acciones impactan de manera colectiva, aprovechar la crisis para cambiar e intentar hacer lo mejor que podemos para nosotros y los demás, empezar a cuidar más de nuestra salud física y mental; no tiene nada de malo mejorar tu alimentación y acudir al psicólogo.
Algunas buenas prácticas son, centrarte en el presente y disfrutar de las cosas simples que tienes día con día, con ello podemos ir construyendo un futuro mejor, ahora con nuevas condiciones pero no por ello malo.
No somos lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Estamos viviendo una pandemia, y esto está marcando la vida de la humanidad en todo el mundo. No será rápido o fácil superar algo así pero podemos aprovechar esta experiencia para nuestro beneficio.
Es momento de hacer las cosas diferentes, para ser más conscientes de nosotros mismos y lo que hacemos, para atreverse a cambiar y a esforzarse por ello teniendo muy presente que no estamos solos y que vamos a salir de esta situación juntos, apoyándonos unos a otros.
