¿Una niña de un año es capaz de aprender inglés y español al mismo tiempo? Michelle Arellano es la respuesta a dicha interrogante. A tan corta edad dominó todos los pormenores de ambos lenguajes, nueve años después se convirtió en un orgullo nacional al ingresar en la Universidad de Massachusetts para estudiar Medicina.
Solo tres de cada 100 niños en el mundo nacen con un coeficiente fuera del promedio. La pequeña cuenta con un IQ de 158, tan solo dos puntos menos que el de Albert Einstein. Su capacidad le permitió aprender a leer y escribir a los cuatro años, y tiempo después la oriunda de Tuxtla Gutiérrez aprendió italiano, alemán y francés.
«Mi sueño es convertirme en una gran doctora y poder curar el cáncer, el autismo», expresó Arellano en una entrevista para EFE.
Sus pasiones no se pelean con el entorno artístico y deportivo, pues la pequeña ha demostrado su destreza en dibujo, piano, pintura, artes marciales y natación. Este enfoque multidisciplinario la ha impulsado a cosechar más expectativas sobre su vida profesional, pues asegura que también desea estudiar actuación.
Los retos de tener una hija genio
Guillén Cruz, madre de Michell, se sintió aterrada al saber que su primogénita tenía tales capacidades. Pero el resto más grande se lo impusieron las estancias públicas, ya que su hija fue rechazada de cinco primarias chiapanecas con la excusa de que los docentes serían incapaces de adiestrar a alguien con un IQ tan alto.
«Tampoco es fácil porque tú vas a una institución, te topas con los pretextos, es que esto y lo otro, es que la edad. La verdad yo ejercí mucha presión», asegura Cruz.
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Tras ser aceptada por una institución, se acercaron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que la subieran de grado. En noviembre de 2021 realizó una evaluación para acreditar la primaria, en marzo la secundaria y en julio la preparatoria.
El director de Investigación y Psicología del Centro de Atención al Talento (CEDAT) manifestó que en 10 años alrededor de 100 mil jóvenes sobredotados intelectualmente tendrán que migrar a otros países. Esto ante la carencia de oportunidades educativas que se visualizan en México.
¿Y a donde van estos talentos? Normalmente, Estados Unidos, Canadá, España, Reino Unido y otros territorios de la Eurozona son los lugares predilectos de estas niñas y niños.
Historias que trascienden
Arellano iniciará su próximo ciclo escolar a mediados de agosto de manera virtual, posteriormente viajará junto a su mamá a Estados Unidos para asistir presencialmente al plantel.
«Desde que supe el diagnóstico no he soltado a mi hija. Estamos caminando paso a paso de acuerdo a como ella lo vaya sintiendo, porque eso sí, hemos tratado de ser muy cuidadosos con su integridad emocional y física», añadió la madre.
La familia fijó un objetivo: ayudar a que otros pequeños con las capacidades de Michelle cuenten con el apoyo necesario para pulir sus habilidades en cualquier área. Así, generarán una red de apoyo para orientar a los padres que se enfrentaron a un panorama similar.
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