La aprobación fue hecha sólo para el caso específico de Ana Estrada y ella rechazó que se establezca un protocolo para casos similares
Ana Estrada, de 44 años, ganó un falló histórico que la convierte en la primera persona en Perú en acceder a la eutanasia sin penalización. Estrada, que pasa la mayor parte del tiempo postrada en una cama, fue diagnosticada con polimiositis a los 12 años; esta enfermedad degenerativa e incurable, debilita sus músculos, lo que le impide moverse y la mantiene conectada a un respirado artificial durante casi todo el día.
La peruana comenzó con su campaña en 2016, exigiendo que se reconociera su derecho a elegir el momento de su muerte de manera digna y sin que ello generara un proceso penal en contra de los médicos que efectúen la eutanasia.
«Sé que es difícil comprenderlo, pero yo no me quiero morir. Estoy bien atendida y en un momento de mucha plenitud porque esta campaña me ha llevado a descubrir recursos que no tenía», explicaba en una reciente entrevista a EFE Ana.
La aprobación fue hecha sólo para el caso específico de Estrada y ella rechazó que se establezca un protocolo para casos similares. En Perú, la eutanasia está penada con hasta tres años de prisión, bajo la figura del «homicidio piadoso».
La histórica sentencia, ordena al Ministerio de Salud y al seguro social de salud (EsSalud), respetar y atender la solicitud de Ana Estada en el momento que ella lo decida.
«El Perú es un poco más libre a partir de hoy. No tengo palabras para describir esta victoria. Estoy infinitamente agradecida a los y las que apoyaron esta causa», manifestó la abogada de Ana Estrada, Josefina Miró Quesada.
El fallo establece plazos para que el Ministerio de Salud y EsSalud aseguren el acceso de Ana a la eutanasia, con la creación de comisiones encargadas de elaborar y aprobar los protocolos, donde habrá reserva sobre los médicos que las componen, quienes tendrán derecho a la objeción de conciencia.
Una vez listo y aprobado el procedimiento, EsSalud tendrá diez días para practicar la eutanasia desde el momento que Ana manifieste formalmente su voluntad de morir, algo que no necesariamente será de inmediato, pues ella ya ha expresado de manera abierta que quiere seguir viviendo.