Durante la pandemia, las mujeres son quienes más padecen la discriminación laboral, social, familiar, sexual y de identidad de género
Aunque la pandemia que llegó en 2020 tuvo un alcance global, su impacto no llegó de manera uniforme y algunos grupos recibieron un golpe más duro. Las mujeres fueron uno de los sectores más afectados en el ámbito social, económico y de seguridad; la crisis sanitaria hizo evidente la inestabilidad laboral que viven, acentuó la violencia en su contra al interior de los hogares y recayó sobre ellas el cuidado de niños, adultos mayores, enfermos y el hogar.
Para las mujeres de la comunidad LBT (Lebianas, bixexuales y transgénero) el panorama fue aún más desalentador y han tenido que soportar una doble discriminación, por su condición de mujeres y por su orientación sexual.
Una de las primeras medidas implementadas para evitar contagios fue el confinamiento, sin embargo, para muchas mujeres el espacio privado, es decir, su propio hogar, se convirtió en el más inseguro. Incluso antes de que existiera el COVID-19, la violencia doméstica ya era una de los delitos más flagrantes a nivel mundial.
De acuerdo con la «Encuesta mexicana de vivencias LGBT+ ante COVID-19», uno de los ámbitos donde las mujeres LBT han experimentado más violencia y discriminación ha sido en el familiar. El estudio señala que al menos una de cada 10 personas de la comunidad LGBT sufrió discriminación por su orientación sexual o identidad de género; siendo las agresiones verbales las más comunes y efectuadas principalmente en su hogar. De hecho, el 83% manifestó sentirse incómodo al estar con sus familiares durante el aislamiento.
La encuesta también expone que el 11.5% de los encuestados tuvo una afectación laboral derivado de la pandemia; además, según la última publicación del «Diagnóstico Nacional Sobre Discriminación Hacia Personas LGBT», el 29% de las mujeres trans afirma haber tenido dificultades para encontrar trabajo.
Por si fuera poco, en junio del 2020 el Colegio de México explicó que aproximadamente 20% de las mujeres que desempeñaban una actividad económica remunerada quedó fuera del mercado laboral.
La unión de estos factores puede tener resultados fatales, según comentó Juan Carlos Mendoza Pérez, investigador del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 22% de los participantes de la «Encuesta mexicana de vivencias LGBT+ ante COVID-19» pensó en suicidarse, mientras que el 4.6% lo intentó.