Existen personas que se entregan a las causas sociales desde muy jóvenes, las vías pueden ser distintas, pero su labor los lleva a descubrir en ellos nuevas formas de transitar este camino llamado vida.
Tal es el caso de Dana Bek, una mujer que cuenta haberse involucrado en voluntariados y servicio a la comunidad a temprana edad, la satisfacción que este tipo de proyectos le dejaba fue creciendo tanto que decidió formar su propia Asociación Civil; se trata de Manos para Darte, Corazones para Ayudarte.
Comenzó participando en donaciones de sangre en los hospitales del estado de Nuevo León, pronto su presencia se extendió a otros estados, no sólo en el tema de la donación; por ejemplo, en algún punto se encontraba acompañando a las madres de las víctimas desaparecidas en Ciudad Juárez, así como apoyando de forma integral a 42 casas hogar y 10 albergues.
El cambio surge del cambio
Fue entonces cuando Dana se topó con una nueva realidad: si el objetivo es sanar y buscar la paz para la sociedad entonces el cambio tiene que comenzar con cada individuo.
“Comencé a hacer muchas platicas, conferencias, meditaciones, todo en torno a la paz. Fui a muchas partes: a la Huasteca, a la Peña de Bernal, al desierto, incluso fui a otros continentes. Hasta que me di cuenta que no era suficiente porque esa paz que estamos buscando como humanidad no queda en las manos de unos cuantos o en vestirnos de blanco”, recuerda Bek.

En este sentido explica que, considera, el cambio trasciende a las células de nuestros cuerpos, de comprender que esa tranquilidad no llegará a cada uno si no comenzamos por comprender por qué actuamos o explotamos como lo hacemos, de dónde provienen nuestras dolencias, o por qué nuestras emociones nos afectan de cierta forma.
Con base en ello desarrolló un método de 13 módulos secuenciales y una plataforma de entendimiento para brindar el acompañamiento y las herramientas necesarias para que cada persona tenga la posibilidad de aprender por sí mismo y obtener su diagnóstico integral.
“Una vez completado brindamos el acompañamiento para que cada quien desarrolle su método de auto-sanación de forma física, mental, mental-familiar, energética, biológica y emocional”, comenta.
En este momento se encuentra impulsando este tipo de iniciativas dirigidas a mujeres, convencida de que la clave de cambio se encuentra en nosotras. Apunta que la verdadera fortaleza de las féminas está en su sabiduría, que ocupada de forma asertiva nos llevará a crear relaciones sanas con nuestro entorno, generando así un efecto dominó.
“Porque el amor no es algo que se va y se busque o se encuentre, el amor es algo que se es. El éxito de cualquier relación se construye desde los cimientos y esos son el amor propio. Para que exista un cambio colectivo es indispensable una transformación individual”, concluyó.