Por Ivette Estrada
No fue sólo la pandemia mundial. Desde antes se vaticinaba la inminente digitalización y necesidad de adaptabilidad a entornos cambiantes e impredecibles. El tema de la reinvención apareció antes que Covid-19.
Sin embargo, hoy somos más conscientes de la importancia de la aceleración en la toma de acciones y decisiones, pero también en el incremento continuo y sostenido de nuestras capacidades y destrezas. Vivimos una era en la que requerimos maximizar desempeño y generación de ideas.
La única manera de mantener la vigencia empresarial, e incluso personal, es el aprendizaje continuo Esto implica una mentalidad de desarrollo y lograrlo tiene tres componentes. Son los secretos de la vigencia profesional.
La reinvención continua implica
- Un número definido de objetivos claros e inmediatos. Aunque es loable tener una amplia gama de aspiraciones, la mejor manera de lograrlas es centrarse en algunas metas concretas en cualquier momento.
- Establecer fechas para conseguir nuestros objetivos. Los plazos tienen una forma de enfocar la mente. El período óptimo debe ser lo suficientemente largo como para establecer un nuevo comportamiento y lo suficientemente corto como para crear un sentido de urgencia e impulso.
- Tener un grupo de apoyo. Son personas que pueden apoyar y monitorear el progreso en las metas. Conviene incluir a un experto.
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Este enfoque refleja el arco natural para el aprendizaje: identificar el conocimiento específico o una habilidad para aprender, crear un proceso sobre cómo aprenderlo y luego involucrar a las personas y las prácticas para ayudar a reforzarlo. Así se transforma el conocimiento en capacidades concretas.
Construir una nueva capacidad es difícil y requiere intencionalidad y enfoque. Cuando las personas establecen demasiadas metas a menudo no logran un progreso real en ninguna de ellas. A menudo les resulta difícil recordar lo que tratan de lograr. Conviene centrarse en sólo tres objetivos.
En cuanto al tiempo para lograrlos, los expertos en ciencias del comportamiento establecen tres meses como los idóneos.
Es el lapso para lograr un progreso tangible de un objetivo a través de ciclos de práctica, retroalimentación y capacitación formal. El período de tres meses, asimismo, se alinea con muchos de los ritmos naturales del mundo organizacional, ya sean informes, revisiones o actualizaciones trimestrales de liderazgo.
En cuanto a las personas que ayudarán a trabajar en los objetivos de desarrollo, vale mencionar que socializar una meta también crea oportunidades para celebrar y reforzar el crecimiento con los demás.
Se sugiere incluir al menos a tres personas porque un solo punto de vista externo o compañero de responsabilidad es mejor que ninguno, pero tener múltiples fuentes de apoyo, conocimiento y retroalimentación ayuda a multiplicar el potencial de aprendizaje y crecimiento.
Lo único inmutable es el cambio, pero tenemos infinitas posibilidades de desarrollar nuestras capacidades y destrezas para mantenernos vigentes.
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