ONU Mujeres y el W20 apuntaron que la contribución de las mujeres al Producto Interno Bruto (PIB) mundial es del 37 por ciento
Es crucial que la recuperación económica global tengan en cuenta las funciones, contribuciones y restricciones económicas específicas de las mujeres, y que aprovechen al máximo esta oportunidad para situarlas en el centro del diseño de las inversiones en aras de una recuperación sostenible.
Lo anterior fue señalado en Declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres y Women 20 (W20) dirigida a los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20.
La observación a tomar en cuenta se dio como respuesta a que las economías del G20 han introducido un paquete de apoyo de choque de 9 billones de dólares con el ánimo de proteger a los hogares y las empresas y facilitar la recuperación.
«El aprovechamiento de todo el potencial de las mujeres es crucial para la recuperación económica. Sin embargo, falta claridad respecto a la parte de los paquetes económicos significativos del G20 (o de países ajenos a este) que se ha invertido en las prioridades de las mujeres, pese a las pruebas de que han sufrido en mayor medida el impacto socioeconómico de Covid-19», señala la declaración.
Y es que de acuerdo con la Organización Mundial del Trabajo, hay alrededor 527 millones de mujeres que trabajan en los cuatro sectores más afectados: los servicios de alojamiento y alimentación; las actividades inmobiliarias, empresariales y administrativas; la manufactura; y el comercio mayorista y minorista, que no son adecuados para el trabajo a distancia. Esto representa el 41% del empleo femenino total frente al 35% del empleo masculino total.
Además, las mujeres representan el 70% del personal sanitario mundial, y se encuentran en primera línea de la respuesta.
En la declaración de ONU Mujeres y el W20, también se apuntó que la contribución de las mujeres al Producto Interno Bruto (PIB) mundial es del 37%. Asimismo, todos los tipos de trabajo de cuidados que realizan las mujeres, incluido el no remunerado, generan 11 billones de dólares en todo el mundo, es decir, el 9% del PIB mundial.
En este sentido, ONU Mujeres y W20, invitaron a los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20 a invertir en las prioridades inmediatas y a largo plazo de las mujeres:
Toma de decisiones y gobernanza inclusivas
- Asegurar el liderazgo y la participación activa de las mujeres durante la respuesta a Covid-19 y después de esta.
- Recopilar y difundir datos desglosados por sexo y estadísticas de género sobre la situación económica de las mujeres durante la pandemia de Covid-19 y después de esta.
Empleo e iniciativa empresarial sostenibles
- Salvaguardar los puestos de trabajo de las mujeres y generar otros empleos nuevos, dignos y ecológicamente sostenibles para las mujeres, especialmente en la infraestructura pública y social.
- Salvaguardar las microempresas y las empresas pequeñas y medianas, y asegurar su sostenibilidad mediante el acceso a tecnología, opciones de capacitación, mercados y financiación institucional innovadora.
Redes de protección social ampliadas y accesibles
- Asegurar y mantener una asistencia social sólida (apoyo en efectivo o alimentos) y programas de seguro social (pensiones, salud y desempleo) dirigidos a los grupos vulnerables, incluidas todas las mujeres que trabajan en la economía informal y las que se encuentran fuera del mercado laboral.
- Facilitar o ampliar la licencia parental remunerada, los servicios de guardería o las prestaciones a los progenitores que trabajan, en especial las mujeres excluidas, las trabajadoras y trabajadores de servicios esenciales, los teletrabajadores, y quienes realizan trabajos de cuidados no remunerados.
- Invertir en infraestructura pública o social que tenga en cuenta el género, como los servicios de agua, saneamiento, energía, transporte y atención.
Sistemas de atención de la salud y servicios de violencia de género inclusivos, sostenibles y de calidad
- Garantizar la seguridad física, emocional y socioeconómica de todas las trabajadoras sanitarias y cuidadoras.
- Proporcionar servicios de salud materna, sexual y reproductiva, y de cuidado del VIH, especialmente a las mujeres más excluidas, en entornos donde las infecciones están controladas.
- Designar la respuesta a la violencia contra las mujeres y las niñas como un servicio esencial a largo plazo.
- Prestar servicios de prevención y protección, como de denuncia, refugio, salud y justicia acelerada para las sobrevivientes de la violencia de género.