Hasta 2018 el 53% de los adultos mexicanos no contaban con una cuenta bancaria, lo que frena el camino hacia la inclusión financiera
Pese al gran avance tecnológico y la introducción de la tecnología en le sector financiero, sigue existiendo un gran número de mexicanos que no cuentan con acceso a los servicios financieros básico.
De acuerdo con el Reporte Nacional de Inclusión Financiera 2020 (RNIF), una de las causas de lo ya mencionado es la falta de estructuras financieras. El reporte expone que el 22.3% de los municipios del país no cuneta con acceso a sucursales de banca comercial.
Pero, ¿de qué sirve la inclusión financiera? Pues bien, de acuerdo con el Banco Mundial, es «un factor clave para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad». Gracias a se «facilita la vida cotidiana y ayuda a las familias y las empresas a planificar para todo, desde los objetivos a largo plazo hasta las emergencias imprevistas».
Para que exista, las personas físicas y empresas deben tener acceso a productos financieros útiles y asequibles que satisfagan sus necesidades —transacciones, pagos, ahorros, crédito y seguro— prestados de manera responsable y sostenible.
«Confiamos en que a través de soluciones digitales, como una aplicación móvil, podemos romper estas barreras territoriales, ya que si bien por un lado, más de de la mitad de la población mexicana no cuenta con una cuenta bancaria, por el otro, 75% de los mexicanos cuenta con un teléfono celular y nueve de cada diez usuarios de teléfono celular disponen de un smartphone con conexión a internet, de acuerdo con con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2019. Esta es una paradoja que constantemente encontramos en la región latinoamericana», comenta Ricardo Olmos, Gerente General de Ualá México.
¿Qué impide que exista inclusión financiera en el país?
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), en 2018 el 53% de los adultos mexicanos no contaban con una cuenta bancaria, es decir, más de la mitad de la población no tenía acceso a servicios financieros.
Este reporte también señala que una de las grandes barreras es que no se completa una migración del efectivo a los servicios de pago digitales: en México el 87% de los adultos utilizan efectivo como medio de pago y tan sólo 8.4 millones de cuentan con servicio de banca en línea.
Otro factor importante es la falta de educación financiera. Según cifras de la ENIF, sólo el 12% de las personas que tienen una cuenta bancaria, tomó un curso de educación financiera, esto puede traer como consecuencia un mal manejo y administración de las finanzas, así como el uso de métodos informales para el ahorro como tandas o el famoso ahorro «debajo del colchón».
En este sentido, Olmos recuerda que existen aplicaciones gratuitas de las cuales se puede echar mano para tener un mejor control de nuestro dinero.
Como conclusión apunta que:
«Las compañías tecnológicas tienen la responsabilidad de educar al tiempo que acompañan a sus usuarios para generar mayor confianza y con ello avanzar en conjunto por el proceso de la digitalización».