Uno de los valores más importantes en la época decembrina es la sensibilidad, la capacidad que tenemos de sentir empatía, fraternidad y tolerancia, la cual debe ser fomentada y fortalecida en los niños para que crezcan como seres generosos y sensibles.
Patricia de la Fuente, directora general de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil (SEDI), explica que la sensibilidad implica entender que no somos el centro del universo y que cada persona tiene sus necesidades, derechos y responsabilidades.
Inspirar este valor en los niños durante la temporada decembrina trae beneficios en su desarrollo relacionados con sus habilidades socioemocionales. Patricia de la Fuente nos comparte las siguientes estrategias a fin de fortalecer la sensibilidad:
- La sensibilidad tiene que ver con evitar el egoísmo; aprender a sentir lo que otros sienten. Es empatía, tolerancia, fraternidad, estar alerta en aquellas situaciones que requieren de nuestra intervención, ayuda o apoyo.
- Las reuniones familiares son oportunidades para aprender a convivir, desarrollando el concepto de compartir, tanto la atención de los adultos, como el espacio físico o los objetos.
- El ejemplo tiene un papel determinante en la transmisión de valores hacia tus hijos. Mostrar sensibilidad y tacto consistentemente te permitirá ser su mejor maestro. No olvides que: “La palabra convence, pero el ejemplo arrastra”.
- Utiliza las historias a su alrededor para hablar de la sensibilidad. En muchas caricaturas, cuentos o películas existe una lección sobre cómo la vida de un personaje pudo haber cambiado de existir sensibilidad de por medio, por ejemplo.
- Aprovecha experiencias de “la vida real” para involucrar a los niños. Si se encuentran en una situación en la que alguien necesita ayuda y está dentro de sus posibilidades, hazlos conscientes de que la mejor actitud es brindar apoyo.
- Habla de la empatía en términos que ellos puedan entender. ¿Cómo crees que se sintió tal persona en esta circunstancia? ¿Qué harías tú? ¿Qué podemos hacer para que se sienta más querido o más apreciado?
“Debemos hacer todo lo anterior con conciencia y con enfoque, de manera sistemática, para que los niños primero observen y luego imiten”, explica la directora. Si con nuestro ejemplo, nuestros hijos son más sensibles y considerados, serán personas más agradables para los demás y para ellos mismos, haciendo su mundo mejor, al igual que su convivencia con otros.